Conociendo finalmente su paradero [Individual]

—Por fin… lo tengo… —murmuró Maeda, mirando las múltiples pantallas que tenía enfrente con una sonrisa macabra —Mi mayor creación sigue viva y quiere volver, que hermoso… pero…

Dirige su atención a su Digivice, sabía que él no era capaz de capturarlo, aunque para eso había solicitado a un par de Tamers de la organización… ¿Serían capaces de derrotarlo? Muy posiblemente no, pero servirían para comprobar el valor de su trabajo frente a Phoebe, ganando así el alto reconocimiento que se merecía dentro de la división.
Agarró el dispositivo, y presionando un botón comenzó a grabar un mensaje…

—Lo he encontrado, el objetivo por el cual los he tenido trabajando para mí todo este tiempo…


Continente Cloud - Villas.

—Este maldito enfermo —soltó Kei apenas acabó de escuchar el mensaje —Dice haber encontrado a su objetivo y quiere que lo capturemos.

— ¿Qué estamos esperando? Así nos deshacemos luego de ese loco —respondió Hana.

—Pero… —miró a todos los presentes —Nos faltan Takumi y Herissmon.

—Ah, verdad que no puedes salir sin tu…

—Contáctalo entonces —interrumpió Angoramon, superponiendo a lo dicho por su Tamer de forma que no se entendió nada.

—Tienes razón… —respondió en un tono bajo, parecía un poco ido de la situación.

Desde que organizaron y ejecutaron la trampa a los miembros restantes de Rising Sun, perdieron el rastro de Takumi nuevamente. No le había contactado para respetar su espacio, o tal vez temía a su respuesta, sabía que aún no les perdonaba lo ocurrido antes de eso.
Terminó de grabar el mensaje, y dejando ir un suspiró lo envió.

—No cuenten conmigo para ello —respondió de inmediato Takumi — ¿Acaso crees que seguimos siendo un equipo después de lo ocurrido? No intentes actuar como que nada pasó, Ishida —se podía oír su enojo en su voz, siendo por alguna razón, el apellido de Kei pronunciado con más resentimiento que el resto.

— ¿Cuántas veces tenemos que pedirle perdón? —preguntó Hana, molesta por lo que oía.

—Tiene razón para seguir molesto —agregó Angoramon —Cualquiera de nosotros en su situación lo estaría.

Quedaron en silencio y Kei dejó ir otro suspiro, la respuesta era lo que temía y no quería oír, aunque no tenía tiempo para lamentarse, debían completar esa nueva misión.

—Vamos por el enfermo de Maeda y luego bajemos al continente, como nos indicó —dijo, preparando sus cosas para salir.


Continente Cloud - Bosque Cloud.

Sintió una presencia detrás de él, pero no se asustó, ya sabía de quién se trataba.

—Sí, lo has oído, y no necesito que vengas a darme un sermón, SkullKnightmon —dijo, sin girarse a mirar al Digimon.

—Lo que les diré solo tomenlo como una sugerencia… o advertencia… —dijo el Digimon, saliendo desde las sombras.

— ¿Cómo? —preguntó Herissmon, sí poniendo su atención en él.

—Lo que irán a enfrentar esta vez no es algo normal, te necesitan, Takumi.

Takumi miró de reojo a SkullKnightmon por unos segundos, regresando a centrarse en su camino y a avanzar por este —Vamonos, Herissmon.

El Rookie quedó confundido, mirando al humano que se alejaba y al otro Digimon que seguía de pie.

—Si te dejas llevar por tu rencor ahora, a futuro te arrepentirás —agregó, en un tono serio, haciendo que el humano detenga su caminata —No estoy negando que lo que te hicieron estuviese mal ¿Pero no crees que ya están lo suficientemente arrepentidos?... además —se acerca caminando a paso lento — ¿Qué harías si mañana recibieras la noticia de que fueron asesinados en su misión? —a pesar de que no puede ver el rostro del Tamer, sí puede sentir sus emociones —No arreglarás tu relación con ellos huyendo de esta, Takumi.

—Sé que no dejarás de seguirme hasta que te dé la razón —intenta parecer enojado e indiferente, pero tanto Herissmon como SkullKnightmon pueden sentir lo afectado que está —Iré con ellos, solo para cerciorarme de que no morirán.


Continente Cloud - Pantano de la muerte.

— ¿Y dondé está el del Rasenmon? —preguntó Maeda.

—No vendrá… —respondió Kei en un tono bajo.

— ¿Y a ti quien te dijo que no vendría? —dijo una voz a sus espaldas, haciéndole saltar del susto.

—Hablando del rey de roma… —dijo Hana, cruzándose de brazos.

— ¡Sabía que vendrían! —celebró Lopmon, bajando desde el hombro de la Tamer a reunirse con Herissmon.

— ¡Lopmon! Has venido tú también —se alegró Herissmon.

—Mientras más apoyo, mejor —agregó Angoramon con una sonrisa.

BlackGabumon se acercó también a Herissmon, pero en silencio y claramente apretando sus dientes —Te odio… —murmuró, le dio un leve golpe en uno de sus hombros, dio una media vuelta y se alejó.

— ¿Eh? —fue su única reacción mientras intentaba no perder el equilibrio.

—Agradecele a SkullKnightmon —dijo hacía Kei —Me dio todo un discurso de cómo estarías lamentándote sin mi y no te concentrarías en tu misión.

Kei cambia su expresión a una de cansancio —Me alegra ver que sigues siendo el desagradable de siempre.

En eso el Digivice de Hana hace un sonido, interrumpiendo cualquier posible respuesta. Saca el dispositivo y lee el mensaje —Ardalion dice que no puede venir, está ocupado con algo.

— ¿Y por qué te escribe a ti y no a mi? —reclama Kei.

— ¿Acaso estás celoso de que Ardalion no te escriba?... —murmura.

—Porque yo le pregunté —responde Hana, guardando su Digivice.

—No es eso, es que yo soy el líder aquí —dice molesto hacía Takumi.

—Ah… ya… —responde, manteniendo una expresión de que no cree en sus palabras.

—Eres… insufrible… —murmura.

El científico carraspeó dos veces para llamar la atención del grupo —Me da igual los problemas que tengan, mientras más hablemos el objetivo se moverá. Abriré un portal hacía el Valle Polar, una vez allí lo buscaremos.

— ¿Buscaremos? —pregunta Kei.

— ¿Qué? ¿Hay un problema si voy con ustedes? —extiende sus brazos y con la expresión de un sociópata exclama — ¡Que científico no quisiera ver los resultados de sus experimentos!

—Acabemos luego con esto y deshagamonos de él —murmuró Hana —Por favor, ya no lo soporto.

—Está bien —respondió Kei, a ambos —Solo manténgase lejos en caso de un enfrentamiento, dudo que su Rareraremon sea de apoyo.

—Solo lo usaré si ustedes mueren —dijo con una sonrisa.

Decidió no responder más, solo hacer un gesto de que prosiga y abra dicho portal. Una vez cruzado dicho portal se encontraron con un paisaje completamente blanco y rodeado de montañas, el frío de inmediato se hizo presente.

Continente Data - Valle Polar.

—Gracias, Angoramon —dijo Hana a su Digimon, que se había acercado a abrazarla para protegerla del frío.

— ¿Por qué no avisaste antes que él lugar sería así? —reclamó hacía Kei.

—No lo sabía —respondió, dirigiendo una mirada asesina hacía Maeda.

—Es lo de menos —dijo manteniendo su sonrisa de antes —Ahora sobrevolemos el área, debemos encontrar a mi más grande orgullo.

Estaba a punto de evolucionar a MachGaogamon, cuando un pequeño temblor le interrumpió. Un grupo de Ikkakumons y Zudomon pasó corriendo en estampida frente a ellos, siendo seguidos por un enorme Digimon de color negro.

— ¡Allí está! ¡Es hermoso! –gritó Maeda con emoción.

— ¡Cuidado! —advirtió Angoramon, alejándose del lugar de un salto cargando a Hana y Lopmon.

— ¡BlackGabumon! —llamó a su Digimon, dando una orden que se entendió solo con eso.

El Digimon evolucionó en BlackGaogamon, subiendo a su Tamer y a Takumi junto a Herissmon a su lomo, mientras que a Maeda solo lo agarró con una de sus cintas y saltó del lugar siguiendo al Rookie. Donde estaban parados pasó otro grupo de Digimons huyendo despavoridos. Mientras eso ocurría el Digimon desconocido soltó un rugido, distorsionando su entorno y liberó una descarga electrica de color azul que volvio en datos a todos los Digimon a su alrededor. A excepción de Maeda, todos quedaron paralizados ante la escena, las palabras de SkullKnightmon cobraban sentido para Takumi.

—Maldición —murmuró Kei — ¿Qué demonios es eso? —sacó su Digivice para escanear a su oponente… pero solo se escucharon unos pitidos y chicharreos. Hasta que finalmente mostró una imagen, pero sus datos eran ilegibles.

—No encontrarás nada —soltó en científico entre risas —Ese Digimon es mi creación, no se encuentra en ningún registro del Mundo Digital.

— ¿¡Cómo vamos a capturarlo entonces!? —exclamó Takumi.

—No lo sé —respondió con una sonrisa.

—Como siempre lo hemos hecho, luchando contra esa cosa —dijo Hana.

El Gaogamon dejó a Maeda en el suelo, de una forma poco delicada, pero a este no le importó, ya había sacado de su Digivice unos implementos para analizar al extraño Digimon a la distancia.

—Recuerda tu palabra de quedarte lejos y no interferir —le dijo Kei.

—No tengo para qué hacerlo.

Aunque quisiera, no podía confiar en el loco de Maeda, menos no parecía haber traído la mitad de su laboratorio al lugar. De todas formas, no podían dejar que esa cosa siguiera matando a todos los Digimon de el lugar.

—BlackGaogamon shinka… ¡BlackMetalGarurumon!

—Herissmon shinka… ¡Rasenmon!

—Angoramon shinka… ¡Lamortmon!

De los Tamers, solo Hana quedó en el lugar, viéndolos alejándose a gran velocidad hacía su objetivo, estaba centrada en ver correr a Lamortmon, que se demoró en notar lo extraño que estaba Lopmon. El pequeño Rookie estaba temblando y respirando agitado, con su mirada fija en el oponente.

— ¿Qué sucede, Lopmon? —preguntó la Tamer, preocupada.

—Ese… Digimon —hizo una pausa, lo que iba a decir era algo que ni él quería aceptar —... ese Digimon es… Terriermon…

Una sonrisa se dibujó en Maeda.

—Entonces… quieres decir que… que...

Terriermon, el otro Digimon acompañante de su hermano, la persona a la que había estado buscando desde que entró en Cataclysm, su razón para haber arriesgado de ese modo su vida y su propia reputación.

—Está en lo correcto, señorita Takeuchi —agrega el científico, conteniendo su risa — ¿O debería llamarle de otra forma? No vaya a ser que solo por decir “Takeuchi” esté llamando también a esa criatura.

Se paralizó, él debía estar mintiendo, jugando con ella como ya lo había hecho antes, pero… las palabras de Lopmon… no reaccionaba… no podía…

Lamortmon detuvo su avanzada y se giró hacía su Tamer y el científico.

— ¿Lamortmon? —pregunto Rasenmon, sin detenerse.

—Dejemoslo —le respondió Takumi —Encargemosnos de esta cosa, si Hana está en peligro él será suficiente para protegerla.

—Takumi tiene razón —agregó Kei —Nuestro problema más grande es… eso… —finalizó viendo como el Digimon de colores oscuros centraba su atención en ellos —Ni se te ocurra morir luego de que gasté tanto en salvarte la vida.

—Si te mueres, bailaré sobre tu tumba —respondió.